Jesús y la oración – El sermón del monte

Y cuando oras, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en las sinagogas, y en los cantones de las calles en pie, para ser vistos de los hombres: de cierto os digo, que ya tienen su pago.  Mas tú, cuando oras, éntrate en tu cámara, y cerrada tu puerta, ora á tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en secreto, te recompensará en público.  Y orando, no seáis prolijos, como los Gentiles; que piensan que por su parlería serán oídos.  No os hagáis, pues, semejantes á ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.   Vosotros pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.  Venga tu reino. Sea hecha tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.  Danos hoy nuestro pan cotidiano.  Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos á nuestros deudores.  Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal: porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.  Porque si perdonareis á los hombres sus ofensas, os perdonará también á vosotros vuestro Padre celestial.  Mas si no perdonareis á los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. 
Mateo 6:5-15

Enseñanza a través de libros de la Biblia    El sermón del monte 

Jesús y la oración

Mateo 6:5-15

Y cuando oras, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en las sinagogas, y en los cantones de las calles en pie, para ser vistos de los hombres: de cierto os digo, que ya tienen su pago.  Mas tú, cuando oras, éntrate en tu cámara, y cerrada tu puerta, ora á tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en secreto, te recompensará en público.  Y orando, no seáis prolijos, como los Gentiles; que piensan que por su parlería serán oídos.  No os hagáis, pues, semejantes á ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.   Vosotros pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.  Venga tu reino. Sea hecha tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.  Danos hoy nuestro pan cotidiano.  Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos á nuestros deudores.  Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal: porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.  Porque si perdonareis á los hombres sus ofensas, os perdonará también á vosotros vuestro Padre celestial.  Mas si no perdonareis á los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. 

Algunos versículos para considerar:

Salmos 66:18: Si en mi corazón hubiese yo mirado á la iniquidad, El Señor no me oyera.

Proverbios 21:13:  El que cierra su oído al clamor del pobre, También él clamará, y no será oído. 

Proverbios 28:9:  El que aparta su oído para no oír la ley, Su oración también es abominable. 

1 Pedro 3:7: Vosotros maridos, semejantemente, habitad con ellas según ciencia, dando honor á la mujer como á vaso más frágil, y como á herederas juntamente de la gracia de la vida; para que vuestras oraciones no sean impedidas. 

La página 86 de este libro dice más sobre la oración.  Este libro es gratuito tanto para descargar como para compartir.

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Programa del Podcast:
  • Domingo – Enseñanza a través de libros de la Biblia.
  • Miércoles – Cómo reconocer una iglesia bíblica: Un estudio de la doctrina cristiana

Todos los versos usados ​​hoy son de la versión Reina Valera 1909

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